Desde hacía unos meses, un grupo de amigos
estaban planeando ir a una cabaña a lo lejos de la ciudad para pasar el verano
y disfrutarla al máximo.
El último día de clases los siete amigos se
reunieron para cuadrar la hora de salida, así que decidieron que fuera al amanecer pues habría
menos movilidad en la carretera. Al amanecer se encontraron eran tres chicos y
cuatro chicas; las chicas se llamaban, Lilia, Martha,
Sofía y Marcela y los chicos, Michael, Alejandro y Johan. Todos iban en el
auto de Lilia, cuanto más se alejaban de la ciudad más libertad tenían. Marcela un poco aburrida miraba por la ventana,
de repente vio un hombre vestido de negro parado entre los matorrales, ella cerro por un momento los ojos cuando los
abrió no había nada, sorprendida le dijo a Alejandro, pero él poca atención le
puso, le dijo _nada de qué preocuparse, es solo tu imaginación.
Pasadas cinco horas de recorrido, llegaron
a la cabaña, todos estaban felices: cantaron, jugaron, bailaron y lo más divertido nadaron
en piscina la cual era bien profunda. Al oscurecer prendieron una fogata,
contaban chistes y reían hasta que les
doler el estómago, ya a media noche
todos se acostaron; al día siguiente al levantarse Johan, Michael y Alejandro
decidieron hacerles una broma a las chicas pintaron con salsa de tomate
palabras como, vete y ayuda; ellas al
levantarse se asustaron y entraron en
pánico al ver los letreros, cuando los chicos las vieron así, les explicaron
que era una broma.
Ellas, para vengarse estaban planeando hacerles una
broma en la noche, cuando estaban platicando para ver cómo iba a ser el plan, alguien golpeaba las ventanas y la puerta
principal se abrió, ellas imaginaron que de nuevo los amigos les estaban
haciendo otra broma, Sofía muy brava les
dijo que eso no era chistoso; ellos aseguraron que esta vez no habían hecho
nada, que por el contrario estaban viendo TV en la sala.
Martha dio un aterrorizado grito, todos
fueron a donde ella estaba, preguntaron sobre lo que estaba pasando, ella
señalo y mostro a Lilia en una tina de sangre, los jóvenes horrorizados la
sacaron pero ella estaba muerta. Las luces se prendían y apagaban todos
salieron corriendo de allí, Alejandro decidió que si se dividían era mejor para
buscar herramientas e ir en busca del auto, ya era
de noche, estaba muy oscuro y Michael y Sofía habían desaparecido. Marcela
quedó sola buscando a los demás ella caminaba en la oscuridad y sentía que alguien
la seguía ella corriendo tropezó y se lastimó el tobillo no podía correr y
gritaba pidiendo ayuda al rescate llego Johan y Martha se la llevaron hasta el
auto, ahora esperaban a Alejandro, quien se dirigía corriendo a gran
velocidad al para llegar al auto, pero el
hombre de negro logro alcanzarlo, lo atrapo y con un cuchillo le atravesó el
corazón. Los sobrevivientes, de inmediato cerraron las puertas del auto, este
no quería encender, al fin, cuando el asesino ya llegaba, el auto se puso en
marcha. Logrando escapar.
Nunca más volvieron a la cabaña, la
experiencia que tuvieron fue tan horrible que no se atrevieron averiguar quién
pudo haber sido el asesino.
By: Johana Peláez. 1002